jueves, 7 de julio de 2011

En instituciones públicas y privadas. La ética es, con frecuencia, proclamada por instituciones y gobiernos, pero no aplicada en hechos concretos que reclama la ciudadanía y que, a mi entender, solicita moral de los políticos, de las políticas y de la política, traducidas en solicitudes de transparencia, equidad y justicia y futuro e inserción social, respectivamente. Y esta demanda es debida, entre otras causas, por la vaguedad que en nuestra sociedad existe sobre el problema de la autonomía moral, base de una democracia participativa.
Existe la ética dentro de las instituciones privadas? Si es así, ¿en qué se diferencia de la ética de las instituciones públicas?

Respuesta Dondequiera que el ser humano esté en relación con sus semejantes, allí se impone la necesidad de una actitud ética, sea en una institución pública, o en una institución privada. Hay, por tanto, una ética del empresario privado y otra del funcionario, como hay una ética común a todos los seres humanos que tiene como resultado lo que llamamos una buena persona.
Esta se distingue de las demás porque está centrada en el servicio de lo público, de la misma manera que la ética del médico gira alrededor de la defensa de la vida y la de los jueces los compromete con la justicia, como la de los periodistas tiene su eje en el compromiso con la verdad.

Pero estas dimensiones distintas son aplicaciones de una misma ética, determinadas por las actividades y circunstancias distintas de los seres humanos.






No hay comentarios:

Publicar un comentario